
¿QUÉ ES TEMPERATURA DE COLOR?
La temperatura de color es una medida utilizada para describir el tono de la luz emitida por una fuente luminosa, expresada en grados Kelvin (K). No se relaciona con la temperatura física del objeto, sino con la percepción visual del color que produce la luz. Este factor es clave para generar el ambiente adecuado y asegurar el confort visual y la funcionalidad de cada espacio.
Seleccionar la temperatura de color apropiada según el entorno es fundamental para optimizar tanto la experiencia estética como el rendimiento visual. A continuación, se detallan las gamas más comunes y sus usos recomendados:
- 3.000 – 3.500 K: Luz cálida: Sensación que transmite: Relajación, calidez, confort, tranquilidad y cercanía. Aplicaciones ideales: Restaurantes, cafeterías, boutiques de moda, celebraciones y eventos sociales. Objetivo: Crear ambientes acogedores e íntimos que inviten a permanecer y disfrutar.
- 6.000 – 6.500 K: Luz blanca neutra: Sensación que transmite: Claridad, pureza, simplicidad y sofisticación. Aplicaciones ideales: Oficinas, espacios comerciales, salas de exposición. Objetivo: Favorecer la concentración, productividad y un entorno visualmente equilibrado.
- 9.000 – 11.000 K: Luz fría: Sensación que transmite: Modernidad, eficiencia, frescura y máxima visibilidad. Aplicaciones ideales: Áreas industriales, plantas de producción, hospitales, supermercados, tiendas tecnológicas y electrónicas. Objetivo: Mejorar la visibilidad y precisión en tareas técnicas o de alta exigencia visual.
Gracias a su versatilidad, la tecnología LED permite adaptar la temperatura de color a las necesidades específicas de cada espacio. Una elección adecuada no solo mejora la estética, sino que influye directamente en el estado de ánimo, la productividad y el bienestar general.